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miércoles, 18 de julio de 2018

LA CINTA BLANCA









Una película de autor, con todas las connotaciones que eso conlleva.

Una plastada. No, al menos no bien bien. Es de esas películas que considero mejor, al menos hablando por mi experiencia,  verla sin demasiada información previa, pues si no, difícilmente lo haces.

Con lo cual ahora tendría que callarme y dejar que cada cual haga lo que quiera si se encuentra ante la posibilidad de enfrentarse a ella.

Pues de eso se trata, someterse a los delirios tremendistas de un iluminado, en este caso un director de culto, mostrando todas sus filias y fobias, eso está claro.

Para entendernos, a mi me ha recordado someramente, en algunos aspectos, al menos en las relaciones sociales en un ambiente rural sumamente opresivo, a los Santos Inocentes.

Pero la maldad aquí mostrada, como hilo conductor de toda la obra la hace muy distinta.

Entre ellas hay notables diferencias, el mal sabor de boca tras el visionado, aquí es mucho más agrio.

Cargada de simbologías, ambientada en la Alemania rural anterior a la Gran Guerra, diseñada técnicamente, de forma magistral, hay que decirlo, es una cinta muy manipuladora, que en mi modesta opinión, está muy sobrevalorada.

Considero muy rebuscado justificar la aceptación del nazismo por una sociedad, a través de las experiencias aquí mostradas.

En algunos aspectos nos puede recordar el cine nórdico, de Dreyer o Bergman, pero no deja de ser por el aspecto imitador estético.

En fin, que no la recomiendo, excepto para seres atormentados o masoquistas inquietos.


Barcelona, 17 Julio 2018

lunes, 9 de julio de 2018

Sácame de dudas






Sácame de dudas

Película amable, fresca, adecuada a tiempos de vacaciones mentales; tercera obra  de la directora Carine Tardieu, donde se plantea, en plan tragicómico, la irracionalidad de los estrictos códigos imperturbables de la paternidad.

Aunque nos muestren entre otras incongruencias, que más vale un padre biológico memo, que la ausencia de esa figura, ante la llegada de un un recién nacido.

Con los consabidos cambios en el guión para hacerla más sorpresiva  e interesante, no deja de ser una de las muchas cintas de ambientación rural, dónde desde Francia, se nos muestra la bondad innata de sus gentes, a pesar de su mal humor y mala educación congénita; en sus primeros encuentros para sus posibles futuras amistades. La desconfianza es norma.

Con personajes llamativos, una detective que se comporta como una psicóloga, un desactivador de minas que parece un pastor, una hija sólo eficaz en preocuparse por desconocidos, una médico desencantada con el sexo opuesto, pero que…Unos ancianos encantadores, a pesar de ser unos viejos protestones contra el sistema que no les deja hacer su vida.

Es una película que funciona, que enseguida se hace con el público que va a pasar un buen rato.

En suma, un poco de todo, para hacernos una película coral, con personajes variopintos y con unas ganas locas de que todo acabe cuadrando, aunque ello implique un giro casi imposible en el guión.

Al final lo de la paternidad responsable es un cuento y los hijos son un puro accidente biológico. Ah! Pero ¡Vive l’amour!

Film, adecuado para este tiempo caluroso de verano, en el que una historia de estas características, es de buen llevar y te deja una sonrisa puesta, pues al final acaba como todo el mundo quiere. Qué es lo que importa.


Barcelona, 9 Julio 2018

domingo, 1 de julio de 2018

THE CAKEMAKER






The Cakemaker


Una película difícil de clasificar, sentimental, amor gay, relación hetero, intolerancia religiosa, búsqueda personal, sentido de la propia vida, relaciones familiares, integración en otra sociedad…Podríamos seguir y no acabar.

De todo esto se habla en esta película, dotada de una sensibilidad especial.

Con tratamientos técnicos distintos en los dos ambientes en los que se desarrolla la historia. Berlín y Jerusalén. Que al final se van fundiendo en un solo estilo.

Es un film, con planos exageradamente largos para los estándares actualmente al uso, pero que se ciñen de manera magistral, a lo que se quiere contar y en cómo se quiere contar.

Evidentemente no deja indiferente, es algo distinto a una historia de amor entre el amante y la esposa del autor de semejante trío afectivo.

De la búsqueda de cómo era las relaciones familiares de la persona amada, para calmar la desesperanza por su pérdida, surge una nueva relación.

Nunca, amasar harina, podía representar tanto para una familia.


Una película, en la que la única nota distorsionante, es el guardián de las esencias, que hay en todas las sociedades con dificultades por hacerse adulta.

Ni que decir tiene, que es un film totalmente recomendable.

 Uno de Julio 2018