Obra de café teatro, en el que el público con
su complicidad, hace el juego que la intérprete va proponiendo.
Una obra fresca, desinhibida, ágil, con los
clichés pertenecientes a las obras de pequeño formato, hechas para distraer y
proporcionar un buen rato a todos los que nos acercamos por ahí.
Una actriz que se hace dueña del espectáculo,
con su saber hacer y con unos personajes a los que les tiene tomada totalmente
la medida.
Una pollera, una concejala de cultura, una dependienta
de unos grandes almacenes, una puta, una yonqui semi desenganchada, una
solitaria llena de fantasmas, una ex monja.
Unas mujeres caricaturizadas, no podía ser de
otra manera, que gracias a la colaboración del público, nos van metiendo en el espectáculo,
del cual salimos habiendo disfrutado a base de bien.
Una buena manera de pasar el rato y de reírnos,
a través de la obra y sus estereotipos, de nosotros mismos junto con nuestra
sociedad.
Evidentemente es del todo recomendable darse
una vuelta por este pequeño teatro, muy acogedor, para poder ver esta obra.
Sarrià, 29 Enero 2017.