Ángel Nieto corriendo en la categoría 250 c.c. en
Guadalajara, 1979 (Foto del autor)
La muerte de un campeón
Ángel Nieto, ha muerto por las complicaciones de un
accidente absurdo, cómo todos, pero este parece que más.
Hablar de él, es hablar de motos, motociclismo y
campeonatos mundiales, sus famosos 12+1, dada su superstición con el número
maldito.
De campeonatos nacionales no hablemos porque faltan
manos. Lo acaparaba todo, su especialidad fueron las cilindradas pequeñas,
gracias a un cambio de normativas promovido por la F.I.M. las mono cilíndricas
españolas de 2 tiempos, empezaron a ganar carreras.
Se acabó el imperio japonés de las maravillosas
maquinas de coser, esas pluri-cilíndricas
con sus bellísimos pistones cómo diminutos dedales.
Se inició la época dorada de las “Balas Rojas” esas motos Derby que se impusieron en los campeonatos, llevadas con arrojo por Un Ángel Nieto
todo coraje. Supo aprovechar su oportunidad al máximo, era un tipo listo y
simpático. Algo travieso también.
Luego corrió
con Morbidelli, Bultaco, Minarelli, Garelli,
y alguna marca más, casi siempre con un material de primera. Por ello en el
Campeonato de España, sólo su compañero de escudería podía intentar pelearse
con él, el resto seguía dócilmente su estela.
Lo conocí paseando por los padocks de aquellas
curiosas carreras, en circuitos delimitados por balas de paja y carretas, la
verdad es que se hacía con todo el mundo, con la desconfianza típica hacia los
señoritos.
Llegué a tener los pistones de su Bultaco en mis
manos, casualidades de la vida, en el laboratorio de la fábrica Mahle, una aleación súper especial, para
aguantar las brutales revoluciones a las que estaban sometidos, con unos
cambios de temperatura notables. Ya no recuerdo como iba lo del silicio,
aluminio…bueno eso, eran la repera.
Había la envidia típica de los pilotos, esperando que
algún día les dejara ganar, por su ausencia claro, pues era un piloto
mundialista, pero era un caníbal y arrasaba con todo, en todas las categorías
posibles.
Además incluso en horas bajas, con sus pillerías
(Ahora le llamaríamos guerra psicológica) Era capaz de imponerse al más
pintado, que se lo pregunten a sus eternos rivales italianos.
Técnicamente no era el mejor piloto español, hay que
recordar a Ramón Torras (La gran esperanza perdida en Comarruga) Santi Herrero
(Muerto a causa de un accidente en la mítica isla de Man), ni el primero en
ganar un gran premio. (Salvador Cañellas, en 1968 en Montjüic, con una Bultaco
125 c.c.)
Pero si fue el más eficaz, corajudo y digamos
suertudo. Ponía toda la carne en el asador y no soltaba la presa.
Hizo de todo en el mundo del motociclismo,
dedicándose últimamente a la narración deportiva de las carreras. Y se lo pasó
bien siempre, era un ser libre y sin manías.
Descanse en Paz el gran Campeón 12+1 Ángel Nieto.
Sarrià, Tres de Agosto 2017