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“Mantenerla y no enmendarla”
Ya estamos, ya hemos llegado a una situación
insostenible. El cerco policial, las acciones judiciales, las amenazas y toda
la batería de acciones emprendidas por el Gobierno de España, han conseguido
una respuesta inmediata de la población civil catalana, de apoyo total a la
causa del referéndum.
En ella, están todos los demócratas, tanto del bando
independentista como de los que prefieren mantener el actual acuerdo
constitucional.
En la capital del reino, sus dirigentes políticos, no
entienden la fuerza de la población civil, manifestándose las veces que haga
falta.
Será porque están acostumbrados a gobernar de otra forma, sin tener
mucho en cuenta a la población, a diferencia de nuestros lares.
Ello es debido en parte por no tener aquí
mecanismos de estado y resolver todas las incidencias sociales, siempre
mediante el diálogo y el pacto, cosa que el poder central no tiene en su
cultura de rancio abolengo.
Su premisa es, tengo la autoridad y el poder. Y lo ejerzo
sin complejos, negociar es renunciar a una parte de poder y eso es impensable
para ellos.
Me limito a manifestaros el ambiente vivido ayer,
dentro de la manifestación que se formó, de una forma un tanto espontánea y otro tanto convocada por las entidades civiles ANC Y Omnium.
La junta del Ateneu Barcelonès, como otras muchas
entidades, hizo una declaración de apoyo al “Derecho a decidir”
Lugar: Barcelona, Rambla de Catalunya/Gran Vía de les Corts
Catalanes, el 20 de Septiembre 2017.
Cuando llego desde Sarrià al Eixample, no hace falta
intuir por donde estará la manifestación convocada en defensa de nuestras
instituciones y en contra de la intervención y detención en sedes de la
Generalitat, en este caso, la Conselleria d’Economia.
Un río de gente, con banderas, pancartas, camisetas reivindicativas
y demás artículos para llamar la atención, se dirige en tono festivo, cómo en
el día de La Diada, hacia el punto de encuentro, llenando varias manzanas antes
del lugar de la manifestación.
Policías autonómicos a la puerta de la Conselleria,
donde ya están unas unidades de La Guardia Civil, efectuando registros y
detenciones.
La afluencia de gente impide la libre circulación de
vehículos, llega la Guardia Urbana y cierra el paso a los mismos, unas calles
más arriba para impedir más problemas. Quedando toda la zona ocupada por los
manifestantes.
Se mantiene el espíritu cívico y digamos de buen
rollo, los cantos de slogans se solapan unos con otros, repitiéndose algunos
con más frecuencia que otros.
Traduzco las frases y cantos, de forma libre e
irresponsable, dada la amenaza que se cierne sobre todo lo que huela a
democracia y libre expresión, por parte de las fuerzas del orden dirigidas por
quién ya se sabe.
“Fuera fuerzas de ocupación”
“Sin pistolas no sois nada”
“No tengo miedo”
Entretanto se cantaba Els Segadors y se abucheaba y
silbaba a las fuerzas del orden.
“Votaremos” Votaremos”
“In” “Inde” "Independencia”
“Donde está Europa”
“No Muerde, es una urna”
Mientras pasean arriba y abajo una urna de nítido plástico
transparente, con un rótulo que pone: “El problema es España”
“Las calles serán siempre nuestras”
“Llibertat detinguts”
Se suceden aplausos, cuando salen vecinos a los
balcones ondeando senyeras y carteles pro referéndum.
“Visca Catalunya!
“Llibertat” “Llibertat”
“Fuera fuerzas de ocupación”
En estos momentos me he sentido mucho más joven,
recordando tiempos tristes, por cierta similitud con el actual, donde la única
forma de hacerse oír y ver, era mediante la manifestación en la calle, con el
consabido riesgo inherente a la época de la dictadura.
“Libertad de expresión”
“Catalunya antifascista”
“Fuera la bandera española”
“Esto con Franco sí pasaba”
Silbidos y aplausos según se tercie, los balcones se
van llenando de reporteros con sus cámaras y grabadoras, para captar todo lo
que está pasando.
Una señora me hace llegar claveles, para pasarlos
hacia las filas delanteras y que lleguen a los mossos.
Un manifestante vecino, nos mantiene informados de
las diversas actuaciones por la ciudad, mediante la radio que está escuchando.
Veo caras conocidas, tanto de políticos activos, como
algunas viejas glorias ya retiradas y también de la vida civil.
Las horas van pasando y nadie cede su puesto, se
mantiene el espíritu combativo de reclamación de derechos democráticos.
Unos jóvenes, pasan repartiendo botellines de agua,
bolsas con patatas fritas y paquetes de galletas maría.
Sigue el buen rollo, se saluda a los helicópteros,
que sobrevuelan la zona, para hacerse una idea de los pocos manifestantes que
hay según la delegación del gobierno y los muchos que el sentido común pone de
manifiesto, valga la redundancia, por tratarse de una manifestación.
Sarrià, 21 Septiembre 2017