jueves, 20 de agosto de 2020

Una escapada a La Cerdanya

 


Una escapada a La Cerdanya

 

 Fotos del autor


Abres una puerta herrumbrosa en medio del campo, a la espera de encontrar algo en ruinas y te encuentras con una especie de Shangri-La.


  


Un valle pirinaico, orientado de este a oeste mediterráneamente y por ello bien soleado.


 


En donde es difícil no sentirse a gusto, por ello los burgueses de principios del siglo XX, empezaron a construir sus villas e hicieron acercarse el tren.


 


Zona donde impera el arte románico, con capillas diseminadas por todos los términos municipales e incluso escampadas por doquier.


 


De pasado agrícola y ganadero, hoy por hoy la cosa ha ido cambiando mucho a ambos lados de la frontera.


 


Al estar dividido el territorio, entre dos estados, las leyendas y certezas sobre el contrabando proliferan como es de ley en estos sitios.


 


Lugar que con el tiempo ha ido deviniendo en un placentero oasis para el turismo familiar, tanto de invierno como de verano, dadas sus posibilidades climatológicas.


 


La apertura de un túnel, comunicando el Berguedà con La Cerdanya atravesando la sierra del Cadí, fue un revulsivo muy fuerte para toda la zona.


 


Iniciándose un boom en la construcción de segundas residencias, sin nada que ver con las de los pioneros visitantes afincados en los principales centros urbanos.



 


Barcelona, 20 Agosto 2020