miércoles, 28 de septiembre de 2022

GOOGLE, ¿QUE PASA CON BLOGGER?

 

 


En solidaridad con la apuesta de Sara en su protesta contra los abusos de Blogger que ya se prolongan demasiado en el tiempo, me adhiero a su campaña mostrando aquí su comunicado en mi espacio.


Como en la vida misma

Aynss, me gusta mucho esa frase, que yo desconocía antes de empezar a bloguear y la usan con frecuencia del otro lado del charco. 

Todavía no pierdo mi capacidad de sorprenderme y me alegro... 

Pues, como en la vida misma, en los blogs, hay igual que en mi barrio, en mi ciudad, en México, en el mundo, en cuanto a personas, de todo todito, como en botica. Porque los que blogueamos, somos los mismos. 

En esto hay:

Quienes se dan cuenta y solo lloriquean entre dientes, donde nadie les oiga, para no comprometerse.

Quienes publican cosas muy lindas y en cambio como personas, son negativas, traidoras, hipócritas a lo que mucho profesan. Esto es muy triste comprobarlo. 

Quienes no se meten en ningún problema, por algún trauma, referente a las represalias por rebelarse. (Es que también cada uno hemos vivido historias de todas las vicisitudes imaginables) Y solo aceptan lo establecido. 

Personas muy conservadoras, capaces de ver impertérritos cualquier injusticia ajena, creyendo que jamás les va a llegar el mal, ni como efecto secundario o colateral. Porque ellos tienen su vida segura y resuelta. 

También los hay que no se dan cuenta de nada... que los problemas siempre son de otros, no de ellos. Y cuando les quieres convocar para resolver un problema común y que también ellos tienen, dicen: suerte, que resuelvas tu problema, yo no lo tengo. 

Y los que no se dan cuenta de que no se dan cuenta. 

Peeero, gracias a Dios, también hay gente muy capaz, proactiva y siempre dispuesta a que las cosas mejoren. 

¡Como en la vida misma!, el mundo sigue funcionando por la gente que todavía confía en que todo se puede mejorar. Que no se cansan de picar piedra cada vez. 

Les agradezco mucho a cada uno de esos amigos que se sumaron a hacer saber a los señores de Google que su sistema de blogs está bastante deficiente, porque lo han dejado abandonado y en ello, a nosotros. 

Yo voy a insistir en contactarlos, hasta que me atiendan. Llevo dos años buscándolos vía telefónica. Y me responde un robot que "no hay quien atienda que llame después." O al menos hasta que pueda sentirme satisfecha de no haber aceptado que soy un número más, en un mundo absolutamente impersonal, que es donde estamos, porque hemos permitido que nos desunan y despersonalicen. 

No, señores y señoras, yo todavía creo que la comunidad se puede recuperar y también el ser humano, latiente, sentimental, empático, solidario, amoroso, simple y sencillamente, porque yo sigo siendo así, a pesar de miles de pruebas, desencantos y tentaciones. Y estoy segura de que algunos de ustedes también. 

Fuerte abrazo a quienes me quieran como yo los quiero. 

Sara O. Durán

domingo, 18 de septiembre de 2022

400 metros

 





Las cosas cuando le pasan a uno son más graves. Vivimos en una ciudad que en tiempos era hermosa y la envidia de otras muchas europeas no tan deseadas por los visitantes extranjeros.

 

Ahora es un nido de ratas y también de rateros, raro es el día en que no ves un ciudadano airado, víctima de algún abuso de los amigos de lo ajeno, ya sea en los transportes públicos o simplemente en la calle, a plena luz del día, o como en mi caso en horario nocturno, pero antes de cenar, o sea que tampoco era una hora tan avanzada. 


Iba caminando por mi calle tranquilamente, pero al paso vivo al que acostumbro a moverme, cuando me interpela alguien a mi espalda en una jerga desconocida, medio inglés, medio castellano, pero enteramente macarrónico. Preguntaba por una calle principal que estaba a unas escasas dos manzanas, para agradecerme la información me ha hecho un juego de chocarme las manos al estilo de los deportistas, primero con la derecha y luego con la izquierda, yo ya llevaba las llaves en la mano y he tenido que cambiarlas de mano, pero he encontrado raro su comportamiento. ¡Y tan raro que era! Enseguida me he apercibido que había desaparecido mi reloj.

 

Inmediatamente ha puesto pies en polvorosa, doblando por una bocacalle, poco transitada mientras yo corría tras él, gritando lo típico de: ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! Pero solamente nos hemos cruzado con un tipo que se ha limitado a insultarlo mentando a su madre. 


Al ser mucho más joven que yo se me iba escapando sin remedio, ha llegado a otro cruce y he hecho un último sprint para ver como giraba por otra calle y otra persona que se volvía, pero sin hacer nada.


En esto he tenido que pararme en un cruce, ya no sabía por dónde había seguido. Recto no parecía, no me llevaba tanta ventaja y hacia la derecha era una calle muy tranquila, pero algo me ha hecho asomarme y verlo en la entrada de una casa residencial de amplia portería con acceso a un parking para los vecinos.


Le he increpado como se merecía y ha visto claro que para escapar era obligado un enfrentamiento, ha optado por lo más sensato y me ha devuelto mi reloj.

 

Le he dejado irse, no sin increparle para desahogarme con ganas y recuperarme anímicamente. Era objeto con un valor personal muy por encima de que se le pudiera dar comercialmente, que también. 


400 metros lisos ciudadanos, eso es lo que he recorrido persiguiendo a ese individuo con pinta, a primera vista cuando me he fijado más en él en aquella iluminada portería de casa bien, de pakistaní o algo similar, pero eso daría pie a esos tics raciales que empiezan a proliferar entre nosotros, pero hay que reconocer que ya conocen nuestro sistema y se adaptan muy bien. 


 

Barcelona, 18 septiembre 2022 

domingo, 11 de septiembre de 2022

BEGUR

 Begur (Bajo Ampurdán) 

Fotos del Autor 

Como todos los pueblos del lugar, es de visita obligada por la belleza encerrada en sus calles y las vistas desde los restos de un castillo de defensa, de cuando los piratas venían de visita de tanto en tanto para proveerse sin pagar. 









Población de la Costa Brava, que se alza majestuosa en lo alto del acceso a alguna de las calas más admiradas del territorio costero gerundense.








Son famosas sus casas de “indianos”, emigrantes que hicieron fortuna en América, y lo mostraron haciéndose hermosas casas en sus poblaciones de origen, a dónde regresaron para retirarse. 


Ni que decir tiene que el éxito de la visita será mayor cuanto más temprana sea y el resto de los turistas haya preferido ir a darse un baño. 





Barcelona 10 septiembre 2022