viernes, 16 de marzo de 2018

Recordando al padre Botey




Foto colección del autor (Montserrat 1966)





Hace unas pocas semanas falleció, el que fuera uno de esos prohombres de la cultura resistente, en la que por mí, podría ser llamada izquierda religiosa combativa.

Me refiero cuando, centrándonos en los tiempos en que la única resistencia organizada al franquismo era la comunista, mucha gente de fuertes creencias y prácticas religiosas se avino a colaborar con ellos o sus postulados, digamos por fuerza de causa mayor.

Era esa época de los curas obreros, hacia finales de los sesenta del siglo XX, hombres concienciados, muy influenciados por los postulados de nuestros vecinos del norte, donde existía una apertura de la iglesia a causas más mundanas como es, el sobrevivir día a día de una forma socialmente más justa.

Lo conocí por poco tiempo, pues en nuestras vidas un par de cursos escolares no son gran cosa, pero sí que tienen mucha influencia dada la edad en que eso sucedió.

Por esto seguramente influyó en mí, de una forma de la que pese a lo breve, tuvo trascendencia  en mi formación.

De ese conocimiento mutuo, pues no podía renunciar a nada ya que eran tiempos de absorber de todo mi entorno, surgieron planteamientos personales muy diferenciados, en cuanto a lo que era la cuestión religiosa y social.

Él en aquel entonces lucia sotana, pelo al cepillo y sonrisa intrigante. Será por eso que recuerdo su mote de “El rata”

Servidor era un repetidor recalcitrante y peleón, capaz de discutir con cualquier autoridad docente que me pusieran por delante.

Eran tiempos difíciles para la educación, donde sólo se nos quería obedientes y memorizando todo aquello que tuvieran a bien los profes.

Por aquella época, a nadie se le ocurría llamar a uno de los padres de la congregación por el nombre, pero él insistía en ello, al menos en el ambiente “escolta”  donde era el consiliario.

Al ser un colegió religioso, de padres escolapios, para ser más exactos, él era el jefe real aunque quisiera aparentar que no.

Recuerdo nuestras desavenencias, con discusiones bizantinas, de las que evidentemente no recuerdo nada, pero sí que me iba la vida en ellas.

También sus llamadas para presentarme en su despacho, en cualquiera de las horas lectivas, para tenerme allí plantado frente a él, esperando algún comunicado, orden, comentario o yo que sé, pues acaba la cosa volviendo a clase sin que me hubiera dicho nada de nada. Supongo que era una forma de mostrarme su autoridad.

En los campamentos de Semana Santa, sufría una transformación de carácter, que aun ahora, alucino al recordarlo, pasados cincuenta años.

 Vivía intensamente la pasión de Cristo, tanto que sufría enormemente con sus torturas y muerte. 

Luego amanecía sonriente y satisfecho de la vida, el domingo de Gloria, cuando lo peor ya había pasado.

 ¡Cristo había resucitado! ¡Loado sea el Señor! 
Todo un tipo.

Acabó expulsándome de los scouts y más tarde del colegio, supongo que me hizo un favor, fui a parar a un cole laíco de gente con pasado.  

Encima fui jefe de agrupamiento en otro colegio de la misma orden, parecía puro chiste.

Vivió intensamente el sacerdocio y la iglesia hasta que se le acabó el combustible para defenderla o bien hasta que se dio cuenta que fuera se estaba mejor, no lo sé, hubiera sido bueno poder tener una de nuestras charlas ahora, en estos tiempos de desencanto de militancias.

D.E.P  Jaume Botey


Sarrià, 16 Marzo 2018




12 comentarios:

  1. Hola Alfred!
    Persona sencilla, culta, pedagogo y como sacerdote, espiritual. Hombre dedicado a la educación de los jóvenes a los que supo inculcar valores,que como tu dices, te han influido a lo largo de la vida.
    Fue un gran educador. A lo largo de los años, tuvo su metamorfosis que lo acercaron a la vida real, al trabajador, a la sociedad. Compartir su sabiduría con la sociedad. Es de aquellas personas que te dejan huella.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Enric!
      Una persona comprometida con su sociedad y su tiempo, que aún no había dicho su última palabra. Evidentemente deja recuerdos e influencias.

      Eliminar
  2. Esas personas que dejan huella, causan un gran vacío, que descanse en paz.
    Feliz fin de semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, son personas que marcan a su paso, en la vida de los demás. Aquí m ehe limitado a poner una breve pincelada del tiempo que coincidimos.
      Feliz finde.

      Eliminar
  3. El peso del paso de algunos seres en nuestras vidas. Qué post más íntimo y descriptivo de una era, de unos tiempos que creímos pasados. La influencia seguro que fue enorme, por su personalidad y por la edad, imagino catorce o poco más.

    Precioso post, Alfred. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De todos aquellos que ayudan a formarte como persona, algunos los recuerdas más que otros, e incluso puede ser que de alguno practicamente ya no quede recuerdo alguno. Pero de este educador, si que lo he tenido en cuenta, a la hora de saber de su despedida.
      Gracias! Un beso.

      Eliminar
  4. Por lo que leo fue una persona entregada y solidaria.
    Bonito homenaje le has escrito.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. No sabia nada de él Ahora lo sé gracias a vos
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es de la gente que forma parte de la pequeña historia del país.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Bonita descripción de un buen educador (no todos la merecen).Éste sí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como mínimo dejó un poso del que pueden surgir plantas nuevas.
      Un abrazo.

      Eliminar