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domingo, 23 de febrero de 2020

JO JO RABBIT





JO JO RABBIT 
(Taika Waititi) 


Película que utiliza la sátira para desmontar el fantasma del nazismo. 

Es una buena manera de explicar a todo tipo de públicos, infantil incluido, ese culto oscuro que dio pie a una invasión de la barbarie en un supuesto mundo culto y civilizado. 

Puede parecer algo kitsch por cómo trata el tema y el colorido que le dan al film, pero todo queda bien conjuntado y, merece la pena visionar el resultado. 

Ahora que parece que hay quién quiere volver a las andadas, es bueno que haya un film de este calibre que nos recuerde y ridiculice convenientemente esa forma de hacer las cosas que casi acaba con la cultura democrática en Europa. 

Viendo esta película, es fácil recordar antecedentes como “El Gran Dictador” o “Ser o no Ser” e incluso “La vida es Bella”.

Burlarse de un delirante dictador, amigo imaginario del protagonista, ayuda a situarlo en su justa medida como personaje histórico.

Todo un logro, en el que los personajes están a sus anchas, desarrollando debidamente unos papeles un tanto alocados, pero de gran interés.

Mención especial para el niño protagonista Roman Griffin y la madre activista Scarlett Johansson. 

Lógicamente tiene sus altibajos y alguna concesión para distraer al personal, pero es una de esas obras que hay que ver. 



Barcelona, 22 Febrero 2020

sábado, 15 de febrero de 2020

John Eliot Gardiner en el Palau de la Música

Foto del autor

Sinfonía N.º 8 en Fa mayor, op.93 
Sinfonía N.º 9 en Re menor, op.125 

Lucy Crowe, soprano 
Jess Dand6y, contralto 
Ed Lyon, tenor 
Tareq Nazmi, bajo 
Monteverdi Choir 
Cor de Cambra del Palau de la Música catalana 
(Simon Halsey, dr. artístico; Xavier Puig, dr. pral.)  
Orchestre Révolutionnaire et Romantique 
John Eliot Gardiner, director.

En el transcurso de esta semana, con motivo del 250 aniversario del nacimiento de uno de los genios más inconfundibles de la música clásica, como es Ludwig van Beethoven (1770-1827) se ha presentado en el Palau de la Música, una integral de sus sinfonías. 

Noche apoteósica la de ayer en el Palau, lleno hasta los topes para escuchar, venerar, a uno de los grandes de la composición musical, con su sinfonía estrella, que nadie se cansa de disfrutar una y otra vez.

Interpretada por un conjunto de artistas inmejorables, músicos y voces potentes, afinados, disciplinados y entusiastas seguidores de la batuta del genial Gardiner.

Quién le sabe dar al conjunto ese toque mágico que hace de una obra, acostumbrados a escuchar con excesiva fiereza, la tonalidad adecuada para captar todas sus sutilezas.
  
Lo de utilizar instrumentos más ajustados a la realidad de la época en que fueron escritas las partituras, son detalles que no hacen a la obra una pieza antigua, como ir a un museo, si no que te hace apreciar todo lo que Beethoven sabía sacar de ellos; y además Gardiner ayuda en resituar las sinfonías en los tempos adecuados y la intensidad sonora necesaria, nada de venderse a la contundencia sonora y a la excesiva lentitud de interpretación, para darle un cariz más ampuloso.

No siendo ni un enterado ni un conocedor técnico de la materia, sí sé disfrutar de las variadas formas de presentar un concierto y aquí estamos en unas de las mejores manos.

En estos actos te sueles sentir como un poco transportado y en comunión con la especie humana, incluso podría decir que levitas un poco (Y más si estas en las butacas de la parte alta), pero por suerte, unos cuantos miembros selectos repartidos entre el público,  enseguida te devuelven a la cruda realidad en cuanto hay una pausa y poder dar rienda suelta con ostentación a esas ansias por toser y otras cosas que parece se han estado reprimiendo durante todo un movimiento, algunos ni siquiera llegan a ese intervalo, para dar rienda suelta a sus coronavirus. Es una cruz que nunca me cansaré de denunciar.

En fin, dejo constancia aquí, de haber disfrutado de una velada inolvidable, de las que se recuerdan y disfrutan, durante mucho tiempo, es aquello de poder decir:  
  “Yo estuve ahí” cuando... 


Barcelona, 15 Febrero 2020  

viernes, 14 de febrero de 2020

New Orleans Second Line

 Fotos del autor




Con este título se da paso a lo que ha sido un concierto de homenaje dedicado a los segundones, a los que se apuntan a la fiesta tras la barrera, los que la disfrutan sin más, apartados de aplausos y bises.
  
Pensemos en los que mueven el esqueleto, o cantan y aplauden, sin formar parte del espectáculo, pero lo viven tan intensamente como cualquiera de los que están en primera línea. 

Una Jam session” de jazz vibrante, alegre y alocado, con todo lo bueno que tiene la improvisación y el estar en un local de reducido tamaño y mucha proximidad vecinal. 


Los temas se han ido desgranando a un ritmo tan elevado como el de la música interpretada.

Apoteósico final con todos desfilando, (excepto claro está el pianista y el bajo) escaleras abajo para despedirse, público y músicos. 




Un concierto, otro más, de los que crean afición por una música que casi podríamos decir es un estado de vida. 





Barcelona, 14 Febrero 2020