Enero de 1942, 400.000 judíos de toda Polonia llevan más de un año confinados por los nazis en un estrecho gueto en mitad de la ciudad. Fuera del muro, la vida sigue adelante. Dentro, sus habitantes luchan por sobrevivir. Sin embargo, el alto muro de ladrillos no consigue parar la creación de un grupo de actores judíos que, en una helada noche invernal, interpreta una comedia musical en el teatro Fémina. Los espectadores ríen y se emocionan ante una historia de amor, olvidando por un momento su difícil situación. Entre bambalinas, unos actores se enfrentan a un dilema de vida o muerte ante la posibilidad de llevar a cabo una fuga del gueto después de la función.
Una película de las que gustan. Historia dentro de una historia, el desarrollo de una representación teatral, un musical, en las duras condiciones del gueto de Varsovia.
Película que se desarrolla a base de planos secuencia, un alto ritmo de movimiento de los actores, en sus actuaciones cara al público y en sus discusiones vitales entre bambalinas.
La sordidez del momento histórico contada con la crueldad necesaria para entenderla sin que llegue a cambiar la valoración que sus personajes y sus cuitas ajenas a la obra nos merecen.
Juega mucho con los cambios de luz, oscuridad en el interior del teatro y sus diferentes estancias, con algo más de luz en el escenario donde se desarrolla la representación. Digamos que dominan los oscuros, salvo alguna escena fuera del local hecha con luz natural. Todo ello le da aurea especial a toda la película, con un continuo cambio de planos entre los hechos del escenario y los de las bambalinas.
Discusiones sobre hechos que afectan a su vida, a perderla o a preservarla, la posibilidad de escapar de una situación angustiosa sin futuro o quedarse a correr la suerte de la mayoría de los habitantes del gueto.
El amor como punto de referencia, ¿amar o ser amado? ¿Qué es más importante? Yo diría sufrir o dejarse llevar. Al final se impone el pragmatismo de preservar el futuro, sacrificarse para dar paso a otra posibilidad no contemplada en un principio.
Es una película interesante por cómo está hecha y por los planteamientos mostrados en los diálogos entre los diversos componentes del elenco teatral, quizás el nazi de turno también resulte de lo más teatrero.
La demostración de que un puñado de personas se arriesgaron por dar una vida cultural a una población a la que se daba por muerta.
Se puede decir que es un auténtico “tour de force” para todos los actores, que se mueven en tiempo real durante toda la obra.
Hay una frase que he considerado de lo más impactante:
Aquí se demuestra el valor de toda la cinta.