Aspecto de Cohen por aquellas épocas
Supe de Leonard Cohen, a través de una melena rubia ondeando al
viento sobre un vestido floreado propio de la época. Los setenta.
- Alfred. ¿Sabes quién viene a cantar a
Barcelona?
- Pues no. ¡Dímelo!
¡Leonard Cohen! Flipa tío, es un
cantautor cojonudo, pura poesía.
Ella entendía más de poetas y mis
poemas sólo me los perdonaba.
Estábamos en Octubre de 1974 y dos
otoños nos acompañaban, el climático natural, de cuando existía la ropa de
entretiempo, y el del régimen que estaba en sus postrimerías y daba paso a que cosas, como que un concierto
de Cohen llegara a nosotros.
No recuerdo el concierto en
cuestión, ni siquiera si llegamos a ir, cuando había un acto de estos las
afluencias rompían cualquier tipo de previsiones y el hecho de estar pasaba a
ser histórico.
Supongo que me contentaría con
escuchar sus discos, mientras reorganizábamos la revolución pendiente, viendo
caer la lluvia desde los balcones.
Imagino que la melena rubia, dio paso
a una madre de sienes plateadas. Pero Cohen ya siempre me acompaño, como un
fijo en mis audiciones personales.
Se le dio el título de poeta, cosa
que ya lo era, cuando le dio por empezar a cantar en un escenario, cuando vino
aquí ya era un cuarentón de apariencia afable.
Se nos ha ido, tras dejar listo su
último disco, y reconocer que estaba a punto para partir, tras la marcha previa
de un gran amor.
Me gustaría irme con la misma
elegancia.
A donde quiera que vayas. ¡Gracias
Leonard!
Sarria, 11 Octubre 2016.
Es uno de los grandes que me ha acompañado durante toda mi vida, lo descubrí gracias a mi hermana mayor, esto de ser la pequeña de 4 hermanos tiene sus ventajas. Yo sí recuerdo el concierto en el que tuve la oportunidad de disfrutar de sus letras, su voz y su presencia.
ResponderEliminarA mi también me gustaria irme y vivir con la misma elegancia.
Un beso, Alfred.
Ya ves yo soy el peque de tres y en muchas cosas si fui aleccionado por ellos, pero en este saco concreto, lo fue por una amiga que se fundió como la nieve alimentando un río que no fui yo. ;)
EliminarDe entrada me compraré un sombrero.
Un beso, Livy.
Pero Cohen siempre te acompañó y te seguirá acompañando.
EliminarQue bonita frase: se fundió como la nieve alimentando un rio que no fui yo....
Tengo uno exactamente igual, es que me gustan los sombreros ;)
Un besazo, esa frase se lo merece
Sí, ha sido una compañía recurrente, digna de ser agradecida.
EliminarMuchas gracias!
Seguro que te queda mejor :)
Un besote.
Con el sombrero pega más.
Muy bonito homenaje. Su recuerdo siempre quedará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay personas que nos han influido con su obra en nuestras vidas.
EliminarEs uno de los grandes referentes, al menos para mi.
Un abrazo Amalia.
Preciosa entrada.
ResponderEliminarBesos Alfred!
Muchas gracias Sofya! Se lo merece de largo.
EliminarBesos!
Ayer leí la carta que le escribió a Marianne (el poema de Toro me hizo investigar) y me quedé muerta.
ResponderEliminarLos grandes se van yendo...
Besos, Alfred.
Adiós a Marianne
EliminarBueno, Marianne, ha llegado el momento en el que somos tan viejos y nuestros cuerpos se están desmoronando, que creo que te seguiré muy pronto.
Estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, podrás alcanzar la mía. Sabes que siempre te he querido por tu belleza y por tu sabiduría, pero ahora solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Mi amor infinito, nos vemos al final del camino.
Leonard.
Nos quedamos huérfanos, se nos van los referentes de nuestro caminar por este mundo, tan soso sin ellos.
EliminarBesos Celia.
Hola Alfred!
ResponderEliminarTenía muy buena voz.
Hola Enric!
EliminarEra muy peculiar, supongo que agravada con el tiempo por su adicción al tabaco. Era su sello personal.
Me encantaba esa voz de macho sensual
EliminarEra una voz que atrapaba :)
EliminarHola guapo.... Dance with me to the end of love.....
ResponderEliminarGracias por dejar tu huella en mi blog
Un abrazo intenso
Es un placer pasar por tu blog a leerte, aunque no siempre deje mi huella en el.
EliminarUn inmenso abrazo.