Hasta el último hombre
Cine bélico, cine a la antigua usanza, donde te
imaginas un James Stewart, como bobalicón hombre de provincias enamorado y
testarudo, defendiendo sus derechos contra todo y todos.
O un film de Sam Fuller, con todas las
contradicciones de la naturaleza humana, en situaciones límite.
Es una cinta de una calidad visual espléndida,
con un guión bien construido, dando pinceladas a todos los pasajes
fundamentales para comprender la peculiar personalidad del protagonista.
Basada en hechos reales, de un heroísmo individual,
sin precedentes en el campo de batalla, donde nuestro soldado logró salvar a
setenta y cinco heridos, rescatándolos de una muerte segura.
Estos trágicos hechos desarrollados en la
batalla de Okinawa, en 1945; nos son narrados con un ritmo trepidante en las
acciones de guerra intercalados con momentos de alta emotividad personal.
Un ser atormentado por la violencia doméstica,
siempre presente en su familia, al que no es ajeno como protagonista, con sus
duros enfrentamientos fraternales.
Juramentado en no utilizar nunca un arma, su
entrada en el ejército, como voluntario para ir al frente como médico, se verá
obstaculizada por el hecho de que ciertos estamentos no contemplan la posibilidad
de aceptar un soldado objetor de conciencia que no quiere aprender el uso de
las armas, él sólo quiere ayudar a curar hombres.
Película notable, de las que dejan un buen
sabor de boca, por la calidad de las imágenes, de los diálogos y la veracidad
de todas las situaciones contempladas.
Quizás, si se le puede poner alguna pega, es el exceso de las secuencias bélicas, que alargan el metrage innecesariamente y no aportan más dramatismo del que ya tiene con menos tiempo.
Quizás, si se le puede poner alguna pega, es el exceso de las secuencias bélicas, que alargan el metrage innecesariamente y no aportan más dramatismo del que ya tiene con menos tiempo.
Obliga a pensar y mucho, en lo que representa
una guerra, por cierto aquí mostrada con toda su crueldad, sin escatimar medios
y con planos de una gran crudeza.
Una interpretación brillante por parte del
elenco de actores, capitaneados por un Andrew Garfield muy metido en su papel.
En definitiva cine de verdad, para degustadores
de obras auténticas del séptimo arte. Mel Gibson, fiel a su concepto del cine nos da una brillante demostración de saber hacer.
Sarria, 11 Diciembre 2016.
Tal y como la presentas dan ganas de ir a verla y no estoy de broma.
ResponderEliminarBesines
La película es francamente buena, con un tratamiento de la objeción de conciencia, muy positivo. En un ambiente bélico, totalmente hostil a tales pensamientos.
EliminarDe dormirte nada de nada, sólo por el hecho de las escenas de guerra que no lo permiten ;)
Besines.
No sé si no me habría dormido yo en una película de guerra. Muy buena ha de ser.
ResponderEliminarBuenas madrugadas, Alfred.
No me podía dormir y me vine a ver tus crónicas.
No me has defraudado.
Hola Tecla!
EliminarNi que sea por el estruendo, te podrías dormir ;)
Muchas gracias!
Hola Alfred , una pelicula digna de ser vista y disfrutada como un día de mucha llvia como hoy , no se por que sera pero a mi las peliculas bélicas tipo , peal harbor , cartas a okinagua , vamos las Americanas de toda la vida , me en cantan al igual que las del mitico espaguietti wester , menos los pastelones de romanticones esos no me los trago , como ves soy una chica muy cinefila eso si mi preferida es una muy vieja y no se si tu la has visto " El hombre tranquilo (John wayne) y 2 mulas y 1 mujer " de Clint eastwood , besos de Flor.
ResponderEliminarpd ; gracias por tu comentario eres un sol , me alegra saber que aun tengo amigos que me echan mucho de menos y se alegran de verme , lo mismo digo yo.
Hola Flor! Un placer tenerte por aquí. Si te gustan esas pelis, esta te encantará, es muy buena. Un hombre tranquilo, la veo cada cierto tiempo, no me ha cansado nunca, es una preciosidad.
EliminarBesos y me alegro de tu regreso al mundo bloguero.
A pesar de mi marcado antibelicismo he de reconocer que no me ha convencido en absoluto. Encuentro en Gibson un gusto exagerado por el sermón como vía hacia el proselitismo. En general no compro sus mensajes, pero confieso que la estética visual y la banda sonora me conquistaron en Apocalypto (a pesar de lo reaccionario del argumento); a esta peli, sin embargo, no le encuentro siquiera atractivos de esa naturaleza. No obstante, en la variedad está el gusto. Abrazos.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta la particular filosofía de la vida que tiene el director, mi actitud era la de no ir a ver esta película, pero por suerte hice caso de un crítico y la vi, de lo cual no me arrepiento en absoluto y la considero una buena película.
EliminarAbrazos.